Artículo de revisión
Mecanismos
fisiopatológicos de las crisis de ausencia en modelos animales
Pathophysiological
mechanisms of absence seizures in animal models
Juan Manuel Ibarra Hernández1*, Benny Rubén Vázquez
Martínez1, Ma. del Carmen Cortés Sánchez2, José Ramón
Eguibar Cuenca2,3, Gustavo Rafael Govea Torres1, Marlene
Marisol Perales Quintana1, Francisco Javier Guzmán de la Garza1,4
1Departamento de Fisiología. Facultad de Medicina. Universidad
Autónoma de Nuevo León. 2Instituto de Fisiología. Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. 3Dirección de Desarrollo
Internacional. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. 4Instituto
Mexicano del Seguro Social.
Este
artículo está disponible en: https://eneurobiologia.uv.mx/index.php/eneurobiologia/article/view/2638
*Correspondencia: Juan Manuel Ibarra
Hernández. Avenida José Eleuterio González #235 norte, Colonia Mitras Centro,
Monterrey, Nuevo León, C.P. 64460. Teléfono: 8183294203. México. Correo electrónico: juanmibarrahdz@hotmail.com
DOI: https://doi.org/10.25009/eb.v16i40.2637
Recibido: 08 noviembre, 2024 | Aceptado:
02 enero, 2025
Resumen
Las crisis de ausencia son un tipo de epilepsia generalizada
caracterizada por una breve pérdida de conciencia y descargas espiga-onda en el
electroencefalograma. Estas crisis resultan de una disfunción en el sistema
GABAérgico, donde una disminución en la actividad de los receptores GABAA
fásicos en la corteza somatosensitiva, junto con un aumento en la inhibición
por receptores GABAA tónicos en el circuito tálamo-cortical,
facilita estas descargas. En este circuito, el núcleo reticular del tálamo
desempeña un papel esencial en el inicio y control de las descargas
espiga-onda. Se realizó una búsqueda en bases de datos científicas sobre los
mecanismos de generación de estas crisis, el acoplamiento del circuito
tálamo-cortical y los modelos animales disponibles. Los modelos genéticos sin
daño estructural, como las ratas GAERS y WAG/Rij, han sido fundamentales para
el estudio de crisis en circuitos intactos. Sin embargo, los modelos genéticos
desmielinizantes, como las ratas tremor y taiep, permiten observar cómo
la pérdida de mielina afecta la duración y sincronización de las descargas. La
desmielinización no solo incrementa la duración de las descargas, sino que
también modifica la dinámica del circuito, subrayando la importancia de
estudiar tanto factores estructurales como funcionales en la epilepsia de
ausencia y abriendo vías para enfoques terapéuticos más completos. La presente
revisión analiza la fisiopatología de las crisis de ausencia, centrándose en
los cambios funcionales del circuito tálamo-cortical y la influencia de la
desmielinización.
Palabras clave: Circuito tálamo-cortical; crisis de
ausencia; descargas espiga-onda; desmielinización; rata taiep; receptor
GABAA
Abstract
Absence seizures are a type of
generalized epilepsy characterized by a brief loss of consciousness and
spike-and-wave discharges on the electroencephalogram. These seizures result
from dysfunction in the GABAergic system, where a decrease in the activity of
phasic GABAA receptors in the somatosensory cortex, along with an
increase in tonic inhibition by GABAA receptors in the
thalamocortical circuit, facilitates these discharges. In this circuit, the
thalamic reticular nucleus plays an essential role in the initiation and
control of spike-and-wave discharges. A search in scientific databases was
conducted to examine the mechanisms underlying these seizures, the coupling of
the thalamocortical circuit, and the available animal models. Genetic models
without structural damage, such as GAERS and WAG/Rij rats, have been
fundamental in studying seizures in intact circuits. However, demyelinating
genetic models, like tremor and taiep rats, allow for observation of how
myelin loss affects the duration and synchronization of discharges.
Demyelination not only increases the duration of discharges but also modifies
the circuit's dynamics, highlighting the importance of studying both structural
and functional factors in absence epilepsy and opening pathways for more
comprehensive therapeutic approaches. This review analyzes the pathophysiology
of absence seizures, focusing on functional changes in the thalamocortical
circuit and the influence of demyelination.
Keywords: Thalamo-cortical circuit, absence
seizures, demyelination, spike-wave discharges, taiep rat, GABAA
receptor.
1. Introducción
La epilepsia es el padecimiento cerebral crónico más frecuente
en todo el mundo, reportándose hasta 50 millones de pacientes, con 2.4 millones
de casos nuevos diagnosticados a nivel global cada año.1
De los cuales 5 millones corresponden a Latinoamérica,2
existiendo un total de entre 1.4 a 2.5 millones de pacientes con epilepsia en
México. La epilepsia representa el 28% de los pacientes que asisten a la
consulta de neurología.3
De acuerdo con la Liga Internacional Contra la
Epilepsia, el término crisis se refiere a la aparición transitoria de signos
y/o síntomas debidos a una actividad neuronal anormal o excesiva en el cerebro.4 Se denomina epilepsia al padecimiento del
cerebro definido por uno de los siguientes criterios:
1. Al menos dos crisis no provocadas que ocurren con más de 24
horas de diferencia.
2. Una crisis con la probabilidad del 60 % de que aparezcan
crisis adicionales, después de dos crisis no provocadas en los próximos 10
años.
3. El diagnóstico de algún síndrome epiléptico. Con base en lo
propuesto por Fisher y cols., 2017.
Particularmente las crisis de ausencia, un
tipo de epilepsia generalizada, se caracterizan por una pérdida transitoria de
la conciencia, acompañada en el registro electroencefalográfico de descargas de
espiga-onda.5,6 A lo largo de la historia, se han propuesto
diversas teorías para explicar el origen de las crisis, desde enfoques del
origen generalizado hasta focales, todos ellos centrados en la función del
circuito tálamo-cortical.7 Aunque existen distintos mecanismos sugeridos
para la génesis de estas crisis, un aspecto de reciente interés es el impacto
de las alteraciones estructurales en dicho circuito, como la desmielinización,
que desincroniza las descargas tálamo-corticales y, en consecuencia, facilita
la aparición de crisis epilépticas.8–11
Estas crisis resultan de una disfunción en la
neurotransmisión mediada por el ácido γ-aminobutírico (GABA). En la corteza
somatosensitiva ocurre una disminución de la actividad de los receptores GABA
tipo A (GABAA), mientras que en el circuito tálamo-cortical se
observa un incremento en la inhibición mediada por los mismos receptores.
Dentro de este circuito, el núcleo reticular del tálamo (NRT) juega un papel
clave, regulando la generación y propagación de las descargas espiga-onda.6,12
Los modelos animales han sido una herramienta
clave para el estudio de estos mecanismos con mayor detalle. El empleo de
distintos modelos genéticos como las ratas GAERS y WAG/Rij ha permitido
investigar la fisiopatología de las crisis de ausencia en cerebros sin daño
estructural significativo; mientras que los modelos genéticos con
desmielinización, como las ratas tremor y taiep, proporcionan una
oportunidad única para estudiar cómo la pérdida progresiva de mielina afecta la
dinámica del circuito tálamo-cortical y la aparición de las crisis de ausencia.8,9,11 La
presente revisión tiene como objetivo analizar la fisiopatología de las crisis
de ausencia, enfocándose en los cambios funcionales del circuito
tálamo-cortical y la influencia de la desmielinización. Se abordan los modelos
animales, con énfasis en los modelos genéticos de crisis con desmielinización,
para comprender cómo se altera la dinámica del circuito.
2. Materiales y métodos
Para esta revisión se realizó una búsqueda de literatura
científica en PubMed, Scopus, ScienceDirect y Google
Scholar, utilizando términos clave en español e inglés como "crisis
de ausencia", "modelo animal", "desmielinización",
"rata taiep", "rata tremor", "rata GAERS",
y "rata WAG/Rij". Se incluyeron estudios experimentales en modelos
animales que analizaran la fisiopatología de las crisis de ausencia,
centrándose en el circuito tálamo-cortical y los efectos de la
desmielinización. Los estudios seleccionados debían estar publicados en inglés
o español, ser revisados por pares y presentar datos originales. Se excluyeron revisiones,
artículos de opinión y estudios exclusivamente en humanos.
La búsqueda, realizada
hasta mayo de 2024, incluyó estudios que describieran modelos animales de
crisis de ausencia y aquellos con alteraciones desmielinizantes. Los modelos se
compararon en términos de la frecuencia y morfología de las descargas espiga-onda,
la progresión de la desmielinización y su relevancia para patologías humanas.
También se incluyeron datos sobre la caracterización electrofisiológica de los
circuitos tálamo-corticales.
Los artículos se
seleccionaron mediante revisión de títulos, resúmenes y textos completos,
agrupando los resultados en tablas descriptivas y sintetizándolos de forma
narrativa debido a la heterogeneidad entre estudios. La certeza de la evidencia
se evaluó cualitativamente, destacando la consistencia de los resultados y sus
limitaciones para aplicaciones clínicas.
3. Estudio
de la fisiopatología de las crisis de ausencia
Las crisis de ausencia se conocen desde el
siglo XVIII, y fueron descritas por Poupart en 1705, más tarde por Tissot en
1770 quien las denominó le petit mal o pequeño mal.7
En el siglo XIX, en 1873 el neurólogo inglés John Hughlings Jackson propuso dos
puntos de vista contradictorios sobre el “origen” del foco epiléptico de estas
crisis:7
1) La teoría del origen generalizado de las crisis de ausencia: Las
descargas espiga-onda tienen origen en la corteza cerebral de ambos
hemisferios.13
2) La teoría de origen focal de las crisis de ausencia: Las descargas
espiga-onda tienen su origen en un área determinada de la corteza cerebral y
desde ésta se propagan hacia el tálamo y de nuevo a la corteza, en un circuito
reverberante.13
A lo largo de la historia aparecieron más
pruebas que se contraponen a la teoría del origen generalizado de las crisis de
ausencia; creándose una serie de hipótesis que apoyan, más bien, el “origen
focal” (Figura 1).
4. Hipótesis
centroencefálica de Penfield y Jasper, 1957
La hipótesis centroencefálica de Penfield y Jasper,
formulada en 1957, hace referencia a una teoría en el campo de la neurociencia
que busca explicar la organización funcional del cerebro, en especial la
relación entre las áreas motoras y sensitivas de la corteza cerebral. Esta
teoría sugiere que la estimulación de los núcleos talámicos intralaminares a
baja frecuencia provoca la generación de descargas espiga-onda, lo que respalda
un origen subcortical de estas descargas y evidencía un patrón sincrónico entre
ambos hemisferios cerebrales.7 Para explorar esta relación, se empleó la técnica de
estimulación cerebral directa, que consistía en aplicar pequeños impulsos
eléctricos sobre el cerebro de pacientes conscientes previo a cirugía de
epilepsia. Durante estas estimulaciones, los pacientes reportaban sensaciones
específicas o realizaban movimientos involuntarios al activar áreas concretas
del cerebro, con aparición de las descargas espiga-onda.7,14
5. Hipótesis corticorreticular de Gloor, 1968
La hipótesis
centroencefálica, se generó con base en investigaciones sobre la inducción del
patrón espiga-onda al administrar fármacos quimioconvulsivantes en la corteza
frontal de gatos y monos.15,16 La sincronía depende entonces de la
corteza somatosensitiva y de las estructuras subcorticales.17 Por lo que, Gloor propuso la hipótesis
“corticorreticular”, la cual sugiere que las descargas sincrónicas
centroencefálicas anormales en la red de neuronas corticorreticulares provocan
una ruptura en la retroalimentación negativa entre la corteza cerebral y los
núcleos subcorticales. Este proceso se lleva a cabo a través del sistema
reticular talámico. Para probar esta hipótesis, se utilizó un modelo de gato
con epilepsia inducida por penicilina, que actúa como antagonista del receptor
GABAA. Este modelo permitió estudiar las alteraciones en la
sincronización de las descargas neuronales y su relación con la epilepsia.
Además, los estudios de Meeren y cols. en 2005 y Avoli en 2012 proporcionaron
más evidencia para apoyar la hipótesis corticorreticular.7,14
6. Hipótesis cortical de Bancaud-Niedermeyer-Lüders (1969-1972-1984)
La hipótesis
cortical de Bancaud-Niedermeyer-Lüders, describe que los registros
electroencefalográficos en pacientes con descargas espiga-onda mostraron que
las crisis de ausencia podrían localizarse inicialmente en la corteza cerebral,
particularmente en el lóbulo frontal.18 Estas observaciones sugieren que las
descargas espigas-onda son secundarias a una descarga en la corteza frontal,
que se propaga rápidamente sobre toda la corteza cerebral a través de las vías
cortico-corticales.14 Adicionalmente, Niedermeyer y Lüders
(1972, 1984) propusieron que las epilepsias generalizadas son la expresión de
una anomalía cortical; mientras que el tálamo es secundario en las
interacciones tálamo-corticales fisiológicas. Por lo que la hipótesis “cortical”
propone que la corteza frontal es la que genera focos de descargas espigas-onda
desde las cuales se propagan rápidamente sobre otras áreas corticales.14,18
7. Hipótesis del reloj talámico de Buzsáki, 1991
Demostrada en ratas de laboratorio con la administración en
el tálamo de bloqueadores del receptor de N-metil-D-aspartato (NMDA), como la
ketamina, los cuales reducen la frecuencia y el mantenimiento del disparo de
las neuronas tálamo-corticales, obteniéndose descargas espiga-onda corticales
de alto voltaje de baja frecuencia. Por lo anterior, en 1991 Buzsáki concluyó
que existe una ritmicidad en la red tálamo-reticular aparte de la propiedad
marcapaso de las neuronas talámicas, y que estas neuronas imponen su ritmo en
la corteza cerebral, proponiendo así la denominada hipótesis del “reloj
talámico”.19
8. Hipótesis cortico-focal de Mereen, 2005
En el 2005, Meeren propuso la hipótesis “cortical-focal”
(Figura 1), en la cual una hiperexcitación sincrónica de unas pocas neuronas
piramidales, en la región perioral de la corteza somatosensitiva, pueden
originar una rápida propagación hacia otras regiones de la corteza cerebral,
desencadenando una cascada de impulsos a través de la red tálamo-cortical que
produce el patrón característico de descargas espiga-onda.14 Adicionalmente,
sus resultados de estudios realizados en el modelo de gato con epilepsia
inducida con penicilina demostraron que estas crisis de ausencia son un
fenómeno cortical focal y que por lo tanto no es influenciado por el tálamo.20,21 Adicionalmente,
el aumento de la excitabilidad cortical22 y el síndrome
de privación de GABA en la corteza cerebral23 influyen en la
aparición, aumento de frecuencia y en la cantidad de oscilaciones del circuito
tálamo-cortical y, por lo tanto, en la aparición del patrón espiga-onda en el
electroencefalograma. Posteriormente, mediante registros intracelulares, se
describió en modelos genéticos de crisis de ausencias un posible origen de las
descargas espiga-onda en la capa V y VI de la corteza somatosensitiva en el
área de representación de la cara, en particular la región perioral.14
9. ¿Qué es el circuito tálamo-cortical?
El circuito tálamo-cortical es un circuito relevante para la
regulación de la información aferente a la corteza cerebral, su cambio en la
velocidad de ritmo genera los husos del sueño y los complejos K típicos de la
segunda fase del sueño de ondas lentas (SOL) o también llamado sueño sin
movimientos oculares rápidos (NMOR). Este circuito está formado por cuatro
tipos de neuronas, dos de las cuales son excitadoras: las piramidales y las
tálamo-corticales; y dos inhibitorias: las del NRT y las interneuronas inhibitorias
corticales.24 Las neuronas tálamo-corticales envían dos tipos de
proyecciones hacia la corteza cerebral: las específicas que son consideradas
como la principal proyección excitadora hacia las neuronas piramidales de la
capa cortical VI; y las no espe
cíficas, las cuales no discriminan entre las distintas capas
corticales.25 Ambas proyecciones excitan al NRT y están sujetas a su
inhibición por retroalimentación negativa (Figura 2).25
Figura 2. Circuito
tálamo-cortical. Este circuito está
formado por cuatro tipos de neuronas, dos de las cuales son excitadoras: las
piramidales (NP) y las tálamo-corticales (TC); y dos inhibitorias; las neuronas
reticulares talámicas (nRT) y las interneuronas inhibitorias corticales (IIC).
Las neuronas tálamo-corticales reciben información sensitiva de los fascículos
ascendentes, del tronco encefálico y del prosencéfalo, enviándola
posteriormente a las neuronas piramidales de la capa cortical VI, excitando
también al núcleo reticular del tálamo (NRT) que las inhibe por
retroalimentación negativa. Las neuronas piramidales retroalimentan al tálamo y
tienen sinapsis colaterales con otras neuronas piramidales, así como con las
interneuronas inhibitorias corticales, que las inhiben por retroalimentación
negativa. Las neuronas piramidales de la capa V constituye la principal vía
excitatoria de la corteza cerebral hacia las neuronas tálamo-corticales. Las
sinapsis excitatorias se muestran con punta en flecha, mientras que las
sinapsis inhibitorias se muestran con un extremo en círculo lleno y las líneas
discontinuas amarillas son vías aferentes al tálamo.
10. Neuronas piramidales de la corteza cerebral
Las neuronas piramidales retroalimentan al tálamo y forman
circuitos locales al hacer sinapsis colaterales con otras neuronas piramidales,
así como con las interneuronas inhibitorias corticales, que son responsables de
disminuir sus frecuencias de disparo por retroalimentación negativa. Las
neuronas piramidales de la capa V constituyen la principal vía excitatoria de
la corteza hacia las neuronas tálamo-corticales.25
11. Neuronas tálamo-corticales
Las neuronas tálamo-corticales son numerosas y tienen largas
proyecciones dirigidas a las diferentes capas de la corteza cerebral.26 Las propiedades electrofisiológicas intrínsecas son
importantes en la generación de los diferentes patrones de disparo y para la
sincronización de las oscilaciones en las neuronas tálamo-corticales en su
salida hacia las neuronas piramidales en la corteza cerebral.26 Estas células se caracterizan por corrientes transitorias
de Ca+2 tipo T, que generan espigas de bajo umbral, y por una
corriente catiónica activada por hiperpolarización mediada por los canales HCN
(siglas en inglés de canales activados por hiperpolarización y regulados por
nucleótidos cíclicos), que despolariza a través de los canales de Ca+2
tipo T, involucrada en las oscilaciones de 0 a 4 Hz propias del sueño de ondas
lentas. También presentan corrientes de Ca+2 activadas por alto
voltaje (tipos L y N), así como corrientes de sodio y potasio dependientes de
voltaje.26
12. Núcleo reticular del tálamo
El NRT está formado principalmente por neuronas de tipo
GABAérgicas, las cuales participan en la regulación de las aferencias
corticales y también en la generación del ritmo cortical;27 estas neuronas
cuentan con numerosos canales de calcio de tipo T en sus dendritas distales.27 El 90% de las neuronas del NRT llegan a hacer sinapsis con
las neuronas tálamo-corticales en el tálamo, mientras que el otro 10% hacen
sinapsis en las neuronas de una red local también denominadas interneuronas
locales, cuya función es regular el flujo de información de las neuronas
reticulares hacia las neuronas tálamo-corticales.27 Las neuronas
del NRT generan descargas oscilatorias o en ráfaga seguidas por descargas
tónicas de un solo potencial de acción.28 Las descargas
en ráfaga son potenciales de acción de alta frecuencia debidos a la activación
de corrientes de sodio y de potasio que se suman a espigas de bajo umbral
generadas por las corrientes de Ca+2 tipo T, los cuales activan a su
vez a corrientes de Ca+2 de alto umbral produciendo una corriente
hiperpolarizante. Cuando la entrada de Ca+2 activa una corriente
catiónica de entrada no selectiva, da como resultado la despolarización lenta y
la generación de descargas tónicas de potencial de acción único.28–30
13. Modelos animales para el estudio de las crisis de ausencia
La
disponibilidad de modelos animales de epilepsia brinda una oportunidad para
investigar sus mecanismos fisiopatológicos. La comprensión de los mecanismos
epileptogénicos proporciona el marco conceptual necesario para la creación de
nuevas opciones terapéuticas.
Actualmente existen dos tipos de modelos animales empleados
para el estudio de las crisis de ausencia: los inducidos farmacológicamente y
los genéticos.9 El hecho de que las crisis de ausencia en humanos se
caracterizan por ser impredecibles y espontáneas, hace que los modelos
genéticos sean una herramienta relevante para el estudio de esta patología. Los
modelos poligénicos en roedores con este tipo de epilepsia son: la rata GAERS
de Strasbourg, Francia,31 la rata WAG/Rij de Glaxo/Rijswijk de los Países Bajos;32 la rata “tremor” de Kyoto, Japón;33 así como la
rata taiep, del acrónimo temblor, ataxia, inmovilidad, epilepsia y
parálisis descrita en el Laboratorio de Neurofisiología de la Conducta y
Control Motor del Instituto de Fisiología de la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla, en Puebla, México (Tabla 1).8,34 Los cuatro
modelos muestran descargas espiga-onda bien definidas en la corteza cerebral
(Figura 3), pero cabe resaltar que dos, la rata taiep y la rata tremor,
tienen desmielinización del sistema nervioso central.
Los modelos de ratas GAERS y WAG/Rij presentan
características electroclínicas distintivas que imitan las crisis de ausencia
humanas. En ambos modelos, las crisis de ausencia comienzan en edades
tempranas, alrededor de los 2 a 4 meses de edad, y se caracterizan por la
aparición de descargas espiga-onda en el electroencefalograma, con frecuencias
que oscilan entre 7 y 11 Hz en la rata GAERS y 7.5 a 9.5 Hz en la WAG/Rij.32,35–38
Estas descargas se acompañan de episodios de pérdida transitoria de la
conciencia, observada indirectamente en la rata mediante la conducta que se
caracteriza por una mirada fija y una interrupción momentánea del
comportamiento, con una frecuencia de 15 a 30 episodios por hora en ambos
modelos. Además, las crisis finalizan bruscamente, retornando a un patrón
electroencefalográfico normal, lo que reproduce con gran precisión las crisis
de ausencia típicas observadas en humanos.32,35–38
14. Las crisis de ausencia de las ratas con desmielinización
Tanto
la rata tremor como la rata taiep son modelos de epilepsia con
desmielinización que comparten características clave en el estudio de las
crisis de ausencia. La rata tremor presenta descargas espiga-onda de 5 a 7 Hz a
partir de las 5 semanas de edad. Este modelo también presenta crisis tónicas y
una patología que incluye hipomielinización y vacuolización en diversas áreas
del sistema nervioso central, semejante a la enfermedad humana de Canavan.33,36,39 La rata taiep,
por su parte, comienza a mostrar crisis de ausencia a los 3 meses en los
machos, y a los 6 meses en las hembras, con una frecuencia de 6.3 Hz, con un
cuadro clínico que la hace un modelo de desmielinización por tubulinopatía por
hipomielinización con atrofia de núcleos basales y cerebelo,40–43 incluye además ataxia locomotora, inmovilidad tónica, y
finalmente parálisis de las extremidades posteriores. Ambos modelos ofrecen una
perspectiva única sobre cómo la desmielinización afecta la aparición y
evolución de las crisis de ausencia, proporcionando información relevante para
el estudio de patologías humanas que combinan epilepsia y desmielinización. A
diferencia de la rata tremor que tiene una sobrevida corta, la rata taiep
tiene una sobrevida mayor de los 24 meses de edad.40,41,44
La rata taiep tiene una hipomielinización inicial seguida de una desmielinización progresiva del sistema nervioso central, sin que se afecte el sistema nervioso periférico. 45-47 Esta patología en la rata es causada por una mutación en el gen de la tubulina β-4A (TUBB4A) produce una alteración en los oligodendrocitos, afectando los mecanismos de transporte desde el retículo endoplásmico rugoso hacia la porción Cis del aparato de Golgi,48 induciendo la disminución generalizada de las proteínas de la mielina.49 Este fenotipo se hereda de manera autosómica recesiva.34
15. Generación del ritmo cortical por el circuito tálamo-cortical y su afectación en las crisis de ausencia
Las aferencias corticales a las neuronas tálamo-corticales generan ritmos de alta frecuencia, los cuales definen la alerta cerebral durante la vigilia, con frecuencias de 18 a 35 Hz.50 Por el contrario, cuando existe la activación paralela de las células del NRT y de las neuronas de la corteza cerebral se producen oscilaciones de baja frecuencia de 0 a 4 Hz, y en el tránsito del ritmo rápido a uno lento se producen los husos típicos del sueño de ondas lentas.50
Los hallazgos en los últimos años indican que las crisis de ausencia son causadas por una disfunción en el circuito tálamo-cortical, que se caracteriza por el decremento en las aferencias hacia la corteza somatosensitiva debido a la inhibición mediada por receptores GABAA tónicos de las neuronas tálamo-corticales, localizados principalmente en los núcleos intralaminares rostrales y en el núcleo ventrobasal del tálamo.28,51 El aumento de la inhibición por los receptores GABAA tónicos es causado por la acumulación del neurotransmisor GABA, debido a una disfunción en su recaptura por los astrocitos;52 por un aumento en la expresión de canales de Ca+2 tipo T en las neuronas del NRT;12,52,53 y por la disminución en la inhibición de los receptores GABAA fásicos en las neuronas piramidales de la corteza somatosensitiva, lo que las hace hiperexcitables.12,53
Figura 3. Patrón
característico de las descargas espiga-onda durante una crisis de ausencia en
los cuatro modelos en ratas. Descargas espiga-onda en A) una rata GAERS, B) una
rata WAG/Rij, C) una rata tremor y D) una rata taiep. Tomadas de Kovács
y cols., 2014; Serikawa y cols., 1987; Eguibar y Cortés, 2010.9,33,54
Tabla 1. Modelos genéticos para el
estudio de las crisis de ausencia.
Modelo |
Origen |
Tipo de epilepsia |
Edad de inicio de
las crisis |
Número de crisis |
Frecuencia de las
descargas espiga-onda |
Patología |
Rata GAERS31 |
Francia |
Crisis de ausencia típicas |
2 meses |
76 a 80 crisis/hora |
7 a 11 Hz |
↑ Receptores GABAA en las
neuronas tálamo-corticales. Mutación en el gen Cav3.2 del canal de
calcio tipo T. |
Rata WAG/Rij32 |
Países Bajos |
Crisis de ausencia de dos patrones: 1.
Espigas
positivas mientras el animal permanece inmóvil. 2.
Espigas
negativas no se acompañan de inmovilidad |
3 a 4 meses |
16 a 18 crisis/hora |
7.5 a 9.5 Hz |
↓ Receptor GABAA en la región
somatosensitiva de la corteza cerebral. |
Rata tremor33 |
Japón |
Crisis de ausencia con crisis tónicas |
5 semanas |
11 crisis/hora |
5 Hz |
Deleción en el gen para la enzima aspartoacilasa
en el cromosoma 11 (enfermedad de Canavan) Esperanza de vida de 5 meses. |
México |
Crisis de ausencia típicas |
3 meses en machos 6 meses en hembras |
30-35 crisis/hora en el macho adulto |
6 Hz |
Mutación en el gen de la tubulina β-4A (TUBB4A)
que causa la leucodistrofia H-ABC. Con esperanza de vida normal. |
La inducción de descargas espiga-onda mediante la
administración de penicilina en la corteza cerebral sin conexiones talámicas en
gatos anestesiados,55 junto con la identificación
de un foco cortical en las capas V y VI de la corteza somatosensitiva en la
región perioral en modelos genéticos de ratas con crisis de ausencia,56,57 respaldan el origen cortical de
estas crisis. Estas evidencias sugieren que es la corteza cerebral la que
inicia y sincroniza las descargas espiga-onda, antes de que los paroxismos se
propaguen a los núcleos talámicos.14
Por otro lado, estudios experimentales in vivo e in
vitro muestran que el NRT es una estructura crucial implicada en la génesis
de las descargas espiga-onda, siendo las neuronas GABAérgicas del núcleo
reticular las que operan como marcapaso al inhibir las neuronas
tálamo-corticales durante las crisis de ausencia.58
Se ha reportado en los modelos genéticos en rata con crisis de ausencia
la pérdida de la función del transportador de GABA tipo 1 (GAT-1), el cual se
localiza exclusivamente en los astrocitos del tálamo en humanos y roedores, y
es responsable de la actividad potenciada de los receptores de GABAA
tónicos.51,52 En este mismo contexto, se ha obtenido un aumento de hasta
un 37% en la expresión de la enzima glutamato descarboxilasa de 67 kDa
(GAD-67) en homogenizados del NRT, empleando inmunohistoquímica en un modelo de
ratón con crisis de ausencia comparado con el control sin crisis.59 Así mismo, en el ratón Stargazer, otro modelo de
crisis de ausencia, se ha reportado un incremento en las subunidades γ1 y γ2
del receptor GABAA en el núcleo ventro-postero-medial del tálamo, el
cual recibe aferencias del NRT.60 Estos
datos sugieren que existe un aumento en la síntesis del neurotransmisor GABA, y
que además este neurotransmisor participa en la inhibición de las aferencias
corticales.60
Mediante registros intracelulares en los componentes del
circuito tálamo-cortical durante una descarga espiga-onda en la rata GAERS, se
reportó que las descargas corticales que llegan al núcleo reticular del tálamo
causan potenciales postsinápticos excitatorios (EPSP, de sus siglas en inglés)
que aunado con las corrientes entrantes de los canales de Ca+2 tipo
T generan una ráfaga de potenciales en meseta en el NRT. Las descargas del NRT
y de la corteza cerebral provocan en las neuronas tálamo corticales del
complejo ventrobasal del tálamo una serie de potenciales postsinápticos
inhibitorios (IPSP, de sus siglas en inglés) y excitatorios que raramente
producen potenciales de acción.6,61,62
El tálamo sin duda desempeña un papel en el mantenimiento y
la sincronización de las crisis de ausencia, siendo las neuronas GABAérgicas
del NRT las que participan activamente durante las descargas espiga-onda
corticales.26
Estudios de registro electrofisiológico multisitio han
mostrado que 1.5 segundos antes del inicio de las descargas espiga-onda existe
un incremento en el acoplamiento bidireccional de los microcircuitos en la
corteza somatosensitivas, específicamente en las capas corticales IV, V y VI.63-65 Después de esta actividad,
se observa un incremento en el acoplamiento entre la corteza somatosensitiva y
el tálamo, con un aumento en el ritmo delta del electroencefalograma previo a
la descarga espiga-onda, representando un estado de preparación para el inicio
de la descarga misma.63,66
Durante la descarga espiga-onda existe un aumento del acoplamiento direccional de la corteza cerebral al NRT y de este núcleo hacia los núcleos talámicos.63,67 Las aferencias GABAérgicas del NRT disminuyen la probabilidad de disparo de las neuronas tálamo-corticales.51 Un segundo previo al cese de la descarga espiga-onda, la región caudal del NRT aumenta su acoplamiento con la región rostral, mientras disminuye el acoplamiento direccional de la corteza somatosensitiva y el NRT.64 Para finalmente, dar término a la descarga espiga-onda, quedando solo un aumento en el acoplamiento entre la corteza somatosensitiva y los núcleos talámicos posteriores, que aún se desconoce su rol.64
16. Comparación de las descargas espiga-onda en el humano y la rata taiep, GAERS y WAG/RIJ
Morfológicamente,
a las descargas espiga-onda se les ha identificado como una primera espiga
positiva (1S) que sugiere potenciales locales de la corteza cerebral, seguido
de una segunda espiga positiva (2S) generada por potenciales que provienen de
la corteza al tálamo, ambas espigas incrementan en amplitud en registros
frontales; y una onda (W) producto de la reverberación tálamo-cortical (Figura
4).67-69
En la rata taiep se puede apreciar incremento en la
duración de la onda (W) que incluso enmascara la primera espiga positiva (1S)
de la siguiente descarga espiga-onda, probablemente por la patología
desmielinizante que enlentece la transmisión de los potenciales de acción
dentro del circuito tálamo-cortical (Figura 4).
La desmielinización afecta la velocidad de conducción de los
axones, y es un factor determinante en la modulación de los patrones de disparo
en las neuronas del circuito tálamo-cortical. La pérdida de mielina genera una
ralentización de los impulsos eléctricos, lo que provoca una asincronía entre
las áreas corticales y talámicas.10,43,70,71 Esto podría explicar por qué en la rata taiep se
observa un patrón espiga-onda modificado en comparación con los modelos sin
desmielinización, como la GAERS o WAG/Rij, en los que las espigas y las ondas
están más claramente delimitadas. Adicionalmente, estudios recientes han
sugerido que la desmielinización no solo afecta la velocidad de conducción,
sino también la capacidad de las neuronas para generar potenciales de acción
sostenidos, lo que contribuye a la disfunción en el circuito y a la
prolongación de las descargas en la rata taiep.48,72 Aun con la desmielinización progresiva que afecta a la rata
taiep, su circuito tálamo-cortical mantiene cierta funcionalidad, lo que
se demuestra al no mostrar cambios en la frecuencia y morfología de las
descargas espiga-onda con la edad en la rata.72,73 Esto sugiere que la patología de la rata taiep,
aunque deteriora la función normal del circuito, no es suficiente para
desorganizar completamente las interacciones entre el tálamo y la corteza, como
ocurre en otros modelos más severos de desmielinización.73
La patología desmielinizante de la rata taiep otorga
múltiples panoramas para desencadenar las descargas espiga-onda. Desde el
desacople del circuito tálamo-cortical visto en estudios de potenciales
provocados visuales, auditivos o somatosensitivos al estimular el nervio
ciático o peroneo donde se muestra un retraso significativo en sus componentes
corticales.10,70,74,75 Incluso al estimular la corteza
cerebral motora en la rata taiep la onda D (directa) y la onda I
(indirecta) se fusionan debido al retraso sináptico de la vía cortico-espinal.75 De la misma manera en los potenciales auditivos
provocados, la rata taiep presenta umbrales auditivos normales, pero con
un retraso en la latencia de las ondas III y IV, por lo que la mutación en la
tubulina solo afecta las vías centrales y corticales de la rata.43,75 Es muy relevante mencionar que las alteraciones en los
potenciales provocados auditivos son similares entre las ratas taiep con
respecto a lo encontrado en una paciente con H-ABC de Chiapas, México.43,70 De hecho, los potenciales somatosensitivos del nervio
femorocutáneo tienen una homología entre lo reportado en la paciente y en la
rata taiep.75 Lo anterior sustenta
que el circuito tálamo-cortical de la rata taiep se encuentra
desmielinizado; sin embargo, este circuito no es afectado por el patrón
progresivo desmielinizante de la leucodistrofia que presenta la rata.
En particular, los modelos de desmielinización, como la rata
taiep, aportan una perspectiva única sobre el impacto de la pérdida de
mielina en la dinámica del circuito tálamo-cortical, extendiendo la duración de
las ondas espiga y ralentizando la transmisión sináptica. Esto contrasta con
modelos genéticos como las ratas GAERS y WAG/Rij, en los cuales las crisis
ocurren en cerebros sin daño estructural evidente. Estos hallazgos no solo
subrayan la relevancia del circuito tálamo-cortical en la epilepsia de ausencia,
sino que también sugieren que la desmielinización desempeña un papel clave en
la modulación de estas crisis. Comprender estos mecanismos abre nuevas
oportunidades para desarrollar tratamientos específicos para patologías que
combinan epilepsia y desmielinización, ofreciendo un enfoque más completo para
su manejo clínico.
Figura 4. Morfología de
las descargas espiga-onda. A) Descarga espiga-onda de un paciente femenino de
12 años de edad con diagnóstico de epilepsia de ausencia típica; B) en una rata
taiep de 6 meses de edad; C) en una rata GAERS; D) en una rata WAG/Rij.
Se consideró la segunda espiga positiva (2S) de la descarga espiga-onda como el
tiempo cero de los registros. E) Espectro de potencia de las descargas
espiga-onda en un paciente con epilepsia de ausencia y los modelos en roedores.
El “eje de ordenadas” para el espectro de la descarga espiga onda del paciente
se colocó del lado derecho de la gráfica. Note que las descargas espiga-onda de
la rata taiep tienen frecuencias más lentas, incluso la onda (W) tiene
una mayor duración respecto a las ratas GAERS y las WAG/Rij, enmascarando a la
primera espiga positiva (1S). Tomados de Weir, 1965; Amor y cols., 2009; Akman
y cols., 2010.68,70,76
17. Conclusión
En
conclusión, el análisis de los modelos animales de crisis de ausencia confirma
el papel esencial del circuito tálamo-cortical en la generación de estas
crisis, las cuales se originan en un foco cortical debido a una disfunción
GABAérgica que reduce la inhibición en la corteza somatosensitiva. El NRT
interviene en el mantenimiento y la finalización de las descargas espiga-onda,
sincronizando la actividad entre el tálamo y la corteza. La desmielinización,
como la observada en modelos como la rata taiep, altera esta dinámica al
prolongar la duración de las descargas y enlentecer la transmisión sináptica,
aumentando así la frecuencia y complejidad de las crisis en comparación con los
modelos sin daño estructural. Estos hallazgos destacan la importancia del circuito
tálamo-cortical en la epilepsia de ausencia y sugieren que un enfoque
terapéutico que considere tanto las alteraciones estructurales como funcionales
podría ser crucial para el tratamiento eficaz de patologías combinadas de
epilepsia y desmielinización.
18. Conflicto de interés
Los autores del artículo declaran no
tener conflicto de intereses.
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